La investigadora Mª Luz Fernández de Puelles del Centro Oceanográfico de Baleares del Instituto Español de Oceanografía (IEO), en colaboración con Juan Carlos Molinero del Helmholtz Centre for Ocean Research (GEOMAR) en Kiel (Alemania), ha examinado los patrones estacionales e interanuales de la comunidad del zooplancton y de sus grupos y especies más importantes en una zona abierta del Mar Balear, relacionándolo con el clima del Atlántico Norte entre los años 1994 y 2003.
El Mar Mediterráneo está experimentando modificaciones importantes en las últimas décadas, tanto por factores antropogénicos como naturales, todavía sin precisar. Los investigadores han observado un cambio en el Mar Balear que se produjo entre los años 1999 y 2000 y que ocurrió paralelo a las variaciones registradas en el clima del Atlántico Norte. Este cambio afectó al gradiente térmico de la columna de agua en el área y ha puesto de manifiesto alteraciones en el hidroclima en esta zona del Mediterráneo Occidental durante los mismos años. Estos resultados son importantes, además, al considerar la zona Balear como área frontera entre aguas del Norte y Sur del Mediterráneo Occidental y representativa de mares oligotróficos (pobres en nutrientes), con menos información que zonas eutróficas (ricas en nutrientes) o de afloramientos, donde los cambios son más fáciles de observar.
Fuente: IEO |
El zooplancton fue recolectado entre enero de 1994 y diciembre de 2003 en una estación fija abierta al suroeste de la isla de Mallorca y a 75 metros de profundidad. Para poder interpretar bien los cambios a lo largo del ciclo estacional, los muestreos se realizaron sistemáticamente entre 1 semana y 10 días, siempre sobre la misma hora, con objeto de minimizar la variabilidad asociada a la migración vertical. Para relacionar sus variaciones con la variabilidad ambiental, se tomaron simultáneamente variables como la temperatura del aire y registros de perfiles de temperatura, salinidad, oxígeno y fluorescencia . El análisis, además de presentar patrones claros estacionales y siempre en relación con el clima y sus cambios, reveló una variabilidad interanual importante en la zona Balear, con abundancias máximas en los años 1996 y 2000, y un mínimo observado alrededor de 1998-1999.
El clima juega un papel clave en la dinámica de los sistemas marinos que afectan directamente al funcionamiento del ecosistema y la pesca en un amplio rango de escala temporal y espacial. Cómo el calentamiento global afecta a la productividad de los
ecosistemas marinos es una preocupación urgente y una cuestión central de los investigadores a nivel mundial. “La creciente evidencia muestra que las modificaciones en las comunidades de zooplancton son indicadores clave de la salud del ecosistema”, apunta Mª Luz Fernández de Puelles. “El papel fundamental que estos organismos tienen en la red alimentaria y sus rápidas respuestas ante los cambios, amplificadores de la señal hidrológica y climática, les hacen valiosos centinelas del ecosistema pelágico y de la productividad de los ecosistemas marinos en general”, señala la investigadora.